Hay muchas reglas, principios y consejos para convertirse en un buen comunicador frente a un grupo de personas. Yo hoy te traigo algunas que considero muy básicas. En demasiadas ocasiones he visto cómo algunos ponentes, profesores y oradores en general, las han pasado por alto, cayendo con ello en un grave error.
Querido lector, para evitar que tú también caigas en errores imperdonables que deteriorarán tu imagen y marca personal, toma nota de los siguientes consejos.
Ten en cuenta que hay cosas que debes hacer y que te van a ayudar a potenciar tu carisma y nivel de influencia y hay otras que debemos evitar a toda costa.
Sé tú mismo
Para hablar en público te puede faltar un timbre de voz adecuado, una perfecta vocalización, saber modular la voz o adoptar una postura adecuada. Pero lo que no te puede faltar es una regla que yo considero la regla de oro: la naturalidad.
Puede que pienses que ser natural en público es muy difícil. Al principio sí, porque tienes miedo de que se te olvide el texto, de tu postura, de que no se noten los nervios… Y al final no eres natural y encima te olvidas del público. Nos puede ocurrir a todos.
Pero lo primero que te voy a pedir es que seas natural, que seas tú mismo. No pretendas representar ningún papel, no finjas: sé tú mismo, un poquito mejorado, eso sí, pero manteniendo tu propia identidad, tu esencia.
Piensa en todas aquellas personas que te caen bien. Analízalos, los hay listos, menos listos, cultos, menos cultos, horteras, elegantes… Todos son diferentes, pero todas esas personas que te caen bien tienen una cualidad común: la naturalidad.
Seguro que se dirigen hacia ti con sencillez y naturalidad, sin pretender fingir nada. Sin embargo, es muy difícil que un pedante te caiga bien.
El primer consejo, por tanto es obvio. Cuando hables en público en público, cuando tengas que vender un servicio o producto, cuando des una clase, cuando des un discurso… pórtate con sencillez, no finjas ni pretendas nada, solo realizar tu tarea, decir lo que tengas que decir y nada más.
Lo esencial es despertar un sentimiento positivo con naturalidad.
Para la atención de los demás, no existe otra cualidad tan importante como la naturalidad y ser uno mismo. Ese es el secreto. Entonces, si tienes que dar las gracias en un banquete, exponer un informe, ser el ponente de un congreso, ser el que debe manifestar algo en una asamblea… Hazlo con tus propias características, con tus cualidades y con sencillez. No imites a nadie, esa es la regla de oro.
Sé simpático, por favor
Si tienes que hablar en público ¡tienes que ser simpático! Y si eres un antipático, mejor que no hables en público. Entiendo que lo que te acabo de decir parezca desconsiderado por mi parte, pero tiene su razón de ser: si eres antipático puedes acumular la hostilidad de muchos asistentes (por las neuronas espejo) y entonces, mal negocio.
Si por tu profesión necesitas hablar en público, necesitas aprender a ser simpático.
El principio de la simpatía también es fundamental para el mundo de las ventas: el principio de la simpatía dice básicamente que nadie compra nada a nadie que le caiga mal. Punto. Hay que ser simpático y sonreír en esta vida!!
Potencia tus niveles de amabilidad
Antes, un poquito más arriba que dicho que es necesario que seas tú mismo, que seas natural ¿verdad? Bueno, pues ahora digo que, además, hay que ser amable. Si realmente pretendes hablar en público de manera eficaz, es necesario que aprendas o intentes ser lo más amable posible.
¿Qué hay que hacer si uno no es amable? Aprender a serlo, portándote constantemente en tu vida diaria como si fueras amable y simpático. Al poco tiempo, si eres constante te te portas con amabilidad en cada interacción y en cada una de tus relaciones, en lo personal y en lo profesional; con conocidos, familiares y amigos, habrás creado un hábito y será tu modo espontáneo de respuesta.
Si tú eres amable, los demás van a ser amables y será mucho más fácil convencer y persuadir.
Nadie escucha a nadie que no le caiga bien. Ser amable favorecerá que te escuchen y que te atiendan de principio a fin.
¿En qué consiste la amabilidad? Simplemente en estar pendiente de los demás. Si lo piensas, en realidad, cuesta el mismo trabajo ser amable que ser desconsiderado, y es mucho más rentable ser amable y hacer sentir bien a los demás.
No sé si estáis pensando que estos consejos no son importantes para hablar en público, pero ten en cuenta que la regla de oro es la naturalidad, y esto es el reflejo de tu propia personalidad, si en tu vida privada no eres amable, tampoco lo resultarás hablando en público.
¿ Y qué sucede? Que el público (tus alumnos, tus clientes, tus colaboradores…) toleran bien la timidez, una torpeza de oratoria, un lapsus, los nervios… Pero el público no te va a perdonar la antipatía.
Además, si te comportas con naturalidad, y has logrado ser amable, entonces lo resuelves todo automáticamente, porque tu lenguaje corporal, los gestos, el volumen, el tono, etc, transmite que eres una persona amable. Habrá coherencia entre lo que eres y lo que demuestran tus gestos. Y así es más probable que tus actuaciones públicas sean un éxito.
Pero no olvides que debes ser amable permanentemente, en casa, en el trabajo, con tus familiares, amigos, compañeros, hasta contigo mismo cuando te mires en el espejo. De esta manera, no solo vas a ver que tus actuaciones públicas serán un éxito, también tu vida privada va a cambiar en un sentido positivo. Encima vas a estar mucho más contento y va a mejorar tu imagen.
Habla solo de temas que conozcas en profundidad
No se te ocurra hablar de ningún tema que desconozcas o que no conozcas ampliamente. Perderías credibilidad expresando argumentos que el fondo no comprendes y los demás podrían darse cuenta de esa falta de rigor y seguridad al hablar. Y esto puede traducirse en que seas percibido como poco profesional. Si hablas de temas que no conoces tu lenguaje corporal y tu voz expresarán inseguridad. El público se daría cuenta y eso generaría falta de confianza.
Si hablas de temas que no conoces tu lenguaje corporal y tu voz expresarán inseguridad
Además, puede suceder que alguien te pregunte algo que no sepas responder si no dominas el tema, o que haya algún experto en la sala que quiera rebatir algo. Si esto sucede, te vas a poner nervioso y si optas por improvisar puedes quedar un poco mal, porque para improvisar bien hay que estar muy preparado.
Para improvisar bien hay que estar muy preparado.
Espero que esta información sea útil e interesante para ti. Si deseas aprender más y convertirte en un gran comunicador, potenciar tus niveles de influencia y dominar un sistema que te ayude a brillar y a que tus ideas brillen contigo, te recomiendo mi último libro: Habla en Público y Atrévete a Brillar: Claves Para Conseguirlo
Es un libro inspirador y optimista en el que te guiaré y motivaré para que seas capaz de cautivar a los demás, transmitiendo tus ideas con seguridad, profesionalidad y fluidez.
Aprenderás a estructurar tus mensajes, usar tu lenguaje corporal y tu voz para convencer, conmover y persuadir con tus discursos.